Los nuevos bonos de deuda argentina iniciaron hoy formalmente sus operaciones en Wall Street (tras el feriado de ayer) con bajas que llegaron en algunos casos al 2%, pero se mantuvieron firmes en la plaza local, lo que provocó que al final de la jorn
"Sin duda a los Bonares el debut les fue más dulce que a los Globales, que retrocedieron más de 2% en una pésima jornada para los activos de riesgo en general. En cambio, los bonos ley local, que sólo cotizan en pesos esta semana, mostraron una marcha más sólida entre ayer y hoy, lo que, convertidos a un tipo de cambio implícito, los dejó 'caros' respecto de los globales", observó el economista y especialista en inversiones Nery Persichini (GMA).
"Medidos contra pesos, los Bonares estuvieron volátiles en el mercado local, pero a la vez bastante flat [chatos], a diferencia de los globales, que ajustaron a la baja y dejaron una curva más normal, es decir, con pendiente positiva que arranca en 11,45% para el 2029 y llega al 12,25% en el caso del 2035. La curva local arrancó con pendiente negativa porque el bono más largo (AL41) rinde 11,96%, contra 12,53% que rinde el 2029, que es el más corto. Eso dejó un mercado raro, con un spread a favor de los bonos ley local. Pero presumo que esta distorsión esté relacionada con la falta de volumen, por lo que debería ir cediendo a medida que ganen en profundidad", coincidió el analista Pablo Repetto, de la consultora GRA.
La inusual dicotomía fue consecuencia de la marcada aversión al riesgo con que operaron hoy los mercados globales, situación de la que el mercado local de bonos se mantuvo a cubierto debido en parte a la estabilidad que terminaron mostrando los tipos de cambio implícitos (tanto el contado con liquidación, que se mantuvo por encima de $125 por dólar, como el MEP, que quedó ahí nomás de los $118) con que se calculan sus tasas de retorno.
El mal clima externo quedó a la vista con el desplome del 4,1% que anotó el Nasdaq, indicador de las empresas tecnológicas, el más rendidor de la Bolsa de Nueva York hasta ahora en tiempos de pandemia (avanza 27% en el año, contra un ajuste del 3% del Dow Jones), en lo que fue la tercera rueda de corrección para esa plaza, o con el derrumbe de entre 6 y 7% que anotaron en el día los precios referenciales del petróleo.
Esto llevó a los fondos e inversores a reducir su exposición a acciones y títulos emergentes mientras buscaban refugio en bonos de Estados Unidos (que así comprimieron su tasa hasta 0,684 en el bono a 10 años) o en el oro, que avanzó 0,4% al contado (a US$1936,87 la onza) o 0,5%en operaciones a futuro (a US$1943,20).
El disparador del ajuste fue la amenaza de un recrudecimiento en el enfrentamiento que mantienen Estados Unidos y China por el liderazgo económico mundial, lo que podría enfriar aun más a un comercio global ya afectado por la pandemia.
Esos temores florecieron luego de que Donald Trump, lanzado en busca de su reelección, retomara su vieja idea de que toda la producción industrial "tercerizada" vuelva a suelo estadounidense, tras conocerse la semana pasada que ese caballito de batalla de su anterior campaña no había logrado resultado alguno, dado que Estados Unidos tuvo su peor déficit comercial en 12 años, con un gran peso del intercambio de bienes.
A la presión general de un mercado tratando de reducir sus apuestas de riesgo, lo que se reflejaba -por caso- en un aumento del 0,8% en el Dollar Index y bajas del 1,5% en las principales monedas latinoamericanas, los bonos argentinos sumaron en el exterior el peso de la decisión que tomá la agencia calificadora Standard & Poors (S&P).
Ocurre que si bien esa agencia decidió quitar a la Argentina de la lista de países en default, tras haberse concretado los canjes de deuda, apenas elevó su calificación a la escala inmediata superior (CCC+), cuando semanas atrás, ante un paso similar, a Ecuador la había recalificado de "SD/SD" (selective default) a "B-/B".
"Aun luego de la salida del default la deuda argentina es considerada como altamente riesgosa. Los inversores que elijan tener bonos argentinos aceptan que se trata de una apuesta 'muy especulativa' según S&P", recordó por caso el operador Ramiro Marra.
La ola bajista dejó a los nuevos bonos globales argentinos con retrocesos que fueron del 1,7% (para el 2029) al 3,6%, en el caso del 2046, que es el más largo. Por el contrario, sus versiones locales subieron del 0,4% (2029) al 0,79% (2035).
"La baja afuera fue importante, pero no debe perderse de vista que pese a ella los bonistas que ingresaron al canje acumulan un resultado positivo mayor al 6% en dólares respecto de los valores previos a la reestructuración", rescató Persichini.
Para Repetto, el debut estuvo dentro de lo "esperable", considerando el contexto de mercados. "Debería haber mejoras por delante, pero dependerán mucho de las señales que vengan de la política local. En un mundo de tasas negativas tendríamos que aspirar a comprimir mucho desde estos niveles, algo que sólo será posible si aparecen esas señales", remarcó
Las operaciones del día eran aguardadas con expectativa, ya que indicaban el debut formal de los nuevos bonos surgidos de los canjes.
En las operaciones preliminares, denominadas en la jerga como de "Grey Market", y en las llevadas adelante ayer en la plaza local (aunque con movimiento muy acotado por un feriado en Estados Unidos) habìan cotizado con tendencia alcista, lo que les había permitido comprimir sus tasas de rendimiento entre 200 y 250 puntos básicos.
"Ayer los nuevos bonos tuvieron aquí un volumen operado de más de $370 millones, aún muy bajo, pero lógicamente por encima del observado la semana pasada. En relación con las tasas, ya se ubican en el orden del 11,2% promedio, tomando como referencia un tipo de cambio MEP de $118", destacó en su informe previo a la rueda de hoy la consultora Delphos Investment.
Por: Javier Blanco